Ha llegado la hora de Unirse ante la Información.
Bienvenidos los Operadores de: Renca, Maipú, Peñalolén, Huechuraba, Puente Alto.-
Bienvenidos Todos los Sindicalistas y Asociados de todos los Sindicatos que existen en Alsacia (Chile).
La idea es que vayan desapareciendo muchos de los más de 71 sindicatos que existen dentro de esta empresa y queden a lo más 5 sindicatos o sólo uno. Y todos al servicio de los Trabajadores y no de la empresa ( tal como ha sido hasta el momento).-
Todos podemos participar para que haya una verdadera comunicación entre nosotros.
Este sitio será visitado por más de algún personero de Gobierno o de Oposición que querrá investigar si los hechos que son denunciados acá como ficticios para proteger a los participantes, son verdaderos. Esa es nuestra esperanza y desde este momento nos declaramos el grupo de "LA RESISTENCIA DE ALSACIA", igual que en la guerra, donde tenemos que denunciar en el anonimato para protegernos.-


martes, 18 de enero de 2011

ALZAS EN EL TRANSANTIAGO.

Nos meten la mano…

*Por Oscar Vargas

De una alegre cumbia copiaron el jingle de la campaña publicitaria que pretende desincentivar la
evasión del pasaje de la locomoción colectiva en Santiago. El Ministerio de Transportes, que aún no garantiza un servicio adecuado para los trabajadores santiaguinos que a diario se transportan a sus lugares de trabajo, no ha comprendido aún lo que significa la función pública del transporte y menos lo que esto finalmente implica; echar a andar la economía para producir las riquezas que en justicia deben ser distribuidas equitativamente entre todos los habitantes de este país.

Los trabajadores y nuestras familias sin duda alguna, somos víctimas de la ineficiencia tecnócrata de los que idearon un sistema donde los únicos privilegiados son las empresas concesionarias del
sistema y las fuerzas políticas bi-nominales que desde el anterior gobierno neoliberal hasta el actual, han venido recibiendo por la implementación de este sistema, jugosas coimas, sobre sueldos y los más variados estímulos corruptos para silenciar el abuso permanente que tenemos que soportar millones de usuarios y los trabajadores del transporte, quienes finalmente financiamos en más de una vez el precio del pasaje.

El Fisco, denominación que se da al erario nacional, no es más que la suma de todos los aportes
que cada persona realiza al Estado a través de su trabajo y del pago de los impuestos. El mayor
problema es que los trabajadores no decidimos donde, como y para que se ocupan estos recursos, y tampoco contamos con los mecanismos democráticos que nos permitan un nivel de fiscalización
adecuada. De esta lamentable realidad surgen prácticas verdaderamente escandalosas.
Las empresas concesionarias del Transantiago desde un comienzo han exigido que su “inversión
inicial” debe recuperarse rápidamente y así lograr en el corto plazo multimillonarias ganancias
producto de los abusivos cobros de las constantes alzas de la tarifa. Al mismo tiempo, el Estado o
Fisco a través de los votos de los parlamentarios han entregado al sistema enormes sumas de
dinero para atender lo que ellos denominan déficit. Anualmente el sistema recibe subsidios del
Estado por unos US $335.000.000. (Trescientos treinta y cinco millones de dólares), es decir, un
aporte permanente de todos los trabajadores del país, este es un dato que la mayoría no conoce
porque ha estado oculto de la discusión pública. Aún más, algunos recordarán los US $500.000.000 que el parlamento recientemente entregó en la primera intervención financiera al Transantiago por parte del actual Gobierno durante el año 2010. Entonces, ¿Desde qué bolsillos se financia el sistema?, del bolsillo de los trabajadores.

Siguiendo con el escándalo, datos oficiales demuestran que las utilidades de las empresas
concesionarias alcanzan en la actualidad unos $9.000.000.000 de pesos al año, acumulando un total de 45.000 millones de pesos desde que se impuso el sistema. Como si fuera poco, ha sido el propio Estado el que ha invertido millones de pesos en campañas publicitarias y en represión fiscalizadora contra las personas que deciden no pagar el precio de la tarifa. Finalmente este sistema se ha constituido en un negocio rentable que alimenta el apetito voraz de las transnacionales del transporte presentes en Chile, pues el único que invierte es el Estado, pero las utilidades se las lleva única y exclusivamente la empresa privada.

Existe una tercera vía por donde el Estado y todos los chilenos cargamos en nuestras espaldas los
costos del sistema y el lucro a estas empresas. Esto es, la inversión Estatal en infraestructura vial; en estudios irrisoriamente caros (y de las más variadas innecesidades); pagos a operadores políticos con la excusa de un desempeño laboral; licencias de sistemas computacionales y tecnologías de las cuales los únicos que se benefician son los propios empresarios.
Desde dentro de este sistema podemos afirmar que la administración aún es burocrática, pues las operaciones de las flotas de buses han tenido que recurrir a los antiguos e ineficientes sistemas de control y frecuencia (como el regreso de los así llamados sapos). Por otro lado los sistemas de posicionamiento global en los buses son a estas alturas un mito y, como icono indignante, el fraude al Fisco por parte de las empresas es sistemático, permanente y descarado, ya que los buses sin control circulan de punto de validación a punto de validación sin pasajeros, con los letreros que indican que están fuera de recorrido (en tránsito) y recibiendo íntegramente el pago del Estado por ese bus que no está prestando el servicio. Esta situación puede ser confirmada al lector por cualquier trabajador del sistema, especialmente, los conductores que son obligados a transgredir la ley bajo apercibimiento de ser despedidos.

Creo que a estas alturas cualquiera puede responder sin temor a equivocaciones, ¿quien le está
metiendo la mano a quién?, ¿parece un mal chiste no?, porque evidentemente son las
transnacionales del transporte y sus siervos, los políticos de la Concertación-PC y la Alianza, todos neoliberales los que meten la mano en nuestros bolsillos. Cómo no, si la tarifa del pasaje ha
aumentado cuatro veces solo durante el 2010 y ya se ha concretado una nueva alza este 2011,
pero, como es ya una constante, las remuneraciones de los trabajadores del transporte siguen
estancadas y muy por debajo de los estándares mínimos que permitan siquiera una alimentación
adecuada, así, ni pensar en condiciones que permitan una vida digna.
La imposición de este sistema privado de transporte oligopólico es casi total. Se han vendido más 12 millones de tarjetas bip lo que demuestra que el sometimiento de la población es cada vez mayor, producto de campañas publicitarias y de amenaza permanentes al pago de multas, lo que ha permitido finalmente una mayor enajenación estimulada por elementos psicológicos subjetivos.

Pero si ya el negocio es redondo ¿que pretenden? Claro está, buscan proteger, cuidar, blindar y dar continuidad a un lucrativo aprovechamiento. La ambición de estas empresas es evidente, son
alrededor de 5 millones de transacciones diarias las que realizan las tarjetas bip, estás validaciones deben ser protegidas de los que se rehúsan a pagar, de los que no son parte de la mafia políticoempresarial, de los que luchamos por despertar las conciencias y de los que luchamos por los derechos de los trabajadores en general. Cinco millones de sonidos bip al día son la orquesta tétrica de una pesadilla para la ciudad de Santiago que muchos califican como la peor política pública de la historia, con tonos de terrorismo laboral al interior de las empresas y armonías de precarización y ausencia total de la calidad de vida prometida a los trabajadores.

Es particularmente lamentable que las condiciones laborales al interior de las empresas
concesionarias del sistema de transportes de la ciudad de Santiago tengan características de
esclavitud actual, ni siquiera la inservible legislación nacional que en una mínima parte protege al
trabajador es respetada. Es más, el Estado de Derecho no se expresa en este sentido pues existen leyes contenidas en el Código del Trabajo que son explícitas, no tienen doble interpretación, y aún así, los tribunales laborales y el sistema jurídico en general hacen vista gorda de los abusos e inequidades.
La jornada de trabajo de los conductores es exageradamente injusta, mientras el Código del Trabajo en su artículo N°26 señala claramente que está prohibido que un chofer maneje más de cuatro horas continuas, las programaciones exceden con creces ese margen llegando los choferes a pasar seis, siete y hasta ocho horas continuas tras el volante perjudicando notablemente su salud ya que estudios nacionales e internacionales destacan a la conducción de transporte público como una de las profesiones más estresantes del mundo. Es aún más, el mentado artículo de la ley chilena y las resoluciones de la Dirección del Trabajo al respecto indican que el tiempo máximo de jornada laboral diaria puede llegar a ser de siete horas y media (7,5. Hrs) y encontramos compañeros que pasan hasta quince horas obligados a manejar, destruyendo así su calidad de vida, su vida en familia, con su cuerpo, con su mente por una remuneración injusta e insuficiente.

Podríamos escribir un compendio muy extenso de todas las normas laborales y civiles que se
transgreden en este sistema de trasportes, contra la libertad sindical; contra la vida e integridad
física; y muy especialmente contra la seguridad de los usuarios del sistema; los transeúntes y
automovilistas, como consecuencia del cansancio de los trabajadores y de las pésimas condiciones
mecánicas de los buses que no reciben una adecuada mantención. En síntesis, prácticas que
precarizan el trabajo y violan sistemáticamente los derechos humanos que ninguna autoridad política ni judicial se atreve a defender, pues sus patrones, los dueños de las transnacionales, no se lo perdonarían.

Ahora que sabemos el funcionamiento y la finalidad concreta de este sistema de transporte,
cantemos todos juntos nuestro propio jingle, …no metan la mano ahí, en nuestro trabajo, en nuestra vida, en nuestra dignidad. Organicémonos para resistirnos a las alzas, para generar la conciencia que nos permita luchar por un transporte realmente público, en manos del Estado y administrado en función de las necesidades de la población, por un sistema de transportes que comprenda el estratégico rol que cumple en la economía, donde los trabajadores del sistema seamos trabajadores del Estado y la propiedad de las empresas del transporte también.

*Dirigente Sindical, Alsacia S.A.
*Vocero MUTT (Movimiento de Unidad de lo Trabajadores del Transporte)

Adelante compañero, Organízate. Ya basta!!!
Santiaguino, a ser solidario con el que conduce.
Todos juntos a luchar por un Transporte Público, Gratuito, con Calidad y Seguridad.
Fuera las Transnacionales del Transporte.

ASAMBLEA CONSTITUYENTE DE LOS TRABAJADORES Y PUEBLOS DE CHILE.